CIUDAD DEL VATICANO.- Tanto como sus iniciativas y sus continuos viajes pastorales, los católicos de todo el mundo han estado pendientes de los vaivenes de la salud de Francisco -que asumió como papa con 76 años y falleció este lunes 21 de abril, a los 88 años--, en especial en este último tiempo de creciente fragilidad.
Este año las cosas se complicaron con continuas crisis respiratorias. A principios de febrero, unos exámenes revelaron una neumonía bilateral. “Las pruebas de laboratorio, la radiografía de tórax y las condiciones clínicas del Santo Padre siguen presentando un cuadro complejo”, señaló el Vaticano en un comunicado. “Una tomografía computarizada de tórax mostró la aparición de neumonía bilateral que requiere más terapia farmacológica”, agregó.
Un repaso cronológico a su salud debe comenzar mucho antes de su liderazgo de la Iglesia Católica. En 1957, a los 21 años, Jorge Bergoglio sufrió una infección respiratoria que obligó a los médicos a extirpar parte de un pulmón. Según contó alguna vez, una enfermera lo salvó al duplicar la cantidad de medicamentos que le habían administrado.