PILAR CLIMA

https://elcomunicadordezonanorte.com.ar

Cabecera
Home POLITICA LA PRUEBA ACIDAS DEL MILEISMO 2.0
LA PRUEBA ACIDAS DEL MILEISMO 2.0
  • Compartir
  • 15

LA PRUEBA ACIDAS DEL MILEISMO 2.0

Las pruebas ácidas del mileísmo 2.0

La intención de Javier Milei de remodelar con tiempo y de una sola vez su equipo de gobierno se hizo trizas en un fin de semana de vértigo que arrojó una clara vencedora: la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. En la convulsionada Argentina de este tiempo, ni un triunfo electoral resonante asegura una paz duradera.

La prueba ácida del nuevo esquema de poder –parte de "las elecciones" posteriores a esos comicios de las que hemos hablado– será su éxito o su fracaso en obtener los dos bienes que el Gobierno necesita con urgencia. Por un lado, la resolución de una interna permanente y erosiva, que en los últimos meses hasta incluyó el vuelo de carpetas. Por el otro, la satisfacción de las condiciones que puso Donald Trump para sostener el salvataje de su admirador sudamericano: ampliación de las bases de sustentación del oficialismo y una gobernabilidad apta para reformas de profundo calado. Se abre un tiempo de comprobaciones.

El cambio de la relación de fuerzas en el llamado "triángulo de hierro" quedó plasmado tanto en lo que pasó el fin de semana como en lo que no ocurrió.

Lo primero fueron los reemplazos de Guillermo Francos –quien se fue con un rosario de reproches por Manuel Adorni en la Jefatura de Gabinete y la del franquista Lisandro Catalán por el reciente vencedor de las elecciones para diputados en la provincia de Buenos Aires, Diego Santilli, una expresión política evidentemente de volumen mucho mayor.

Lo segundo fue la frustración del salto de Santiago Caputo a un cargo formal de relevancia. Como se observa, no fueron para él ni la conducción de los ministros ni un superministerio que, se decía, iba a concentrar la relación con los gobernadores opoficialistas y la gran prenda de cambio: la obra pública. Al revés de lo especulado –y negociado–, el mencionado continuará como lo que era: un asesor sin firma ni responsabilidades formales.

¿Uno todavía influyente?

Lo que Santilli trae bajo el brazo

Adorni es un karinista de pura cepa, mientras que Santilli, alguien nuevo en la galaxia Milei, supo construir con la hermana del mandatario una relación de afinidad. No habría llegado a donde llegó sin la bendición de esta.

Por supuesto, también la tiene con el Presidente y cuenta incluso con un vínculo de larga data con Santiago C.

Milei salió a curarse en salud al anunciar ayer el ingreso de Santilli al gabinete. Si se podía especular con que el asesor pudiera intentar una puja para quedarse, en los hechos, con el control de la relación con los mandatarios provinciales, el propio Presidente dirimió la cuestión al postear, con prosa enrevesada, que "Diego será quien llevará adelante las conversaciones con gobernadores y legisladores para poder articular con el Congreso de la Nación cada uno de los consensos necesarios para las reformas que vienen de cara al futuro". Santiago Caputo no será el Rogelio Frigerio de Milei.

"Voy a hacer lo que tenga que hacer para lograr las reformas a las que nos comprometimos. Son reformas muy importantes para la Argentina y es el trabajo que tenemos que llevar adelante", devolvió el Colorado.

Como un hombre que sabe que en este tiempo le toca esperar, el asesor y superministro frustrado se sumó a la ola de felicitaciones.

Lo que está en juego es, nada menos que la aprobación del Presupuesto 2026 y, después de eso y secuencialmente, una reforma laboral antiderechos y una impositiva. Esta última podría contener capítulos difíciles de negociar con provincias que no querrían ser los patos de la boda de un proyecto que apunta a reducir la carga tributaria en un marco de ajuste.

A favor del diputado electo que no asumirá su banca y que planeará desde el Ministerio del Interior el salto a la gobernación bonaerense en 2027 hay que apuntar que mantiene relaciones fluidas con casi todos los gobernadores o, si se tiene en cuenta a los que les pretende acercar el Gobierno, con todos ellos.

Asimismo, su llegada desde el PRO hasta permite generar la ficción de que Mauricio Macri logró, por fin, colar a alguien propio en el Gobierno. Santilli no le responde al expresidente desde hace mucho, pero su designación le da al ingeniero un subterfugio para no declararse públicamente destratado una vez más por el jefe de Estado.

Asimismo, diluye la queja ruidosa del titular de lo que queda del PRO tras la salida de Francos y su reemplazo por Adorni. A Macri no le gustó que se fuera el hombre que articulaba una alianza con él y, sobre todo, que pusiera a su reemplazante la mujer que le cerró en la cara más de una vez la puerta de la influencia. Y, por encima de todo eso, enterarse del asunto sin tener chance de decir ni mu… justo cuando compartía "una ingrata cena con el Presidente", según contó Jorge Liotti en La Nación.

Ahora, con Santilli, a quien –un plato– calificó de "dirigente del PRO de gran experiencia", encuentra al menos la salida de emergencia de la simulación.

Estos son días de una curiosa política epistolar, en la que grandes decisiones se comunican, debaten y combaten a través de cartas abiertas y posteos. No es otra cosa lo que hicieron, fuera de la extrema derecha y en el estallado peronismo, Cristina Fernández de Kirchner contra Axel Kicillof, y este, que avanza en su armado presidencial empleando con su exmentora la táctica de la indiferencia, contra Milei.

Es llamativo: la política se tira indirectas y no soporta mirarse a la cara. ¿Qué le quedará a la sociedad, no?

Más que la sangre

Volvamos. El empoderamiento de Karina es una reafirmación –por si era necesaria– del vínculo más que sanguíneo que la une al jefe de Estado. Asimismo, un reconocimiento a su estrategia, al final exitosa el 26-O, de apostar a la pureza violeta incluso en provincias en las que se podrían haber llevado adelante alianzas con gobernadores afines.

Ella decía que iban a ganar en muchos de esos territorios o, cuando menos, causar el daño político suficiente como para que, al final, todos esos jefes de provincias vinieran al pie. La verdad es que tuvo razón y cabe reconocerle ese mérito.

Al revés, Santiago Caputo proponía evitar esos enfrentamientos y aliarse con los mandatarios locales afines, como ocurrió en un par de casos excepcionales. Al final, él no tuvo razón y todo indica que habrá alianzas, gobernabilidad y un mapa pintado en buena medida de violeta.

La apuesta a la pureza se redobla: se buscarán alianzas, pero más que con socios estables, con aliados de ocasión y siempre en base a relaciones verticales, de subordinación al poder nacional. La figura de Santilli da cuenta de una apertura, pero de una realizada en base a alguien ahora considerado propio y en los términos mencionados.

Este mensaje no sólo le atañe a Macri. Si Estados Unidos exigía una coalición amplia de todas las derechas para mantener su respaldo financiero, si el expresidente y esos gobernadores eran los socios designados y, sobre todo, si Santiago Caputo era la terminar local elegida por Barry Bennett, el lobista enviado por Trump, ¿cabría esperar una toma de distancia de Washington?

No, al menos en la medida en que la articulación política de Santilli consiga lo que Washington quiere: reformas que consoliden, cristalicen y le pongan un candado al modelo de mercado irresistible. El secreto para Milei será entregar los resultados que se le exigen como administrador general del Protectorado del Río de la Plata.

Hablar de "administrador general" o de "Protectorado" es usar figuras retóricas con sesgo crítico, pero apunta a dar cuenta de algo más: el tamaño de la ambición estadounidense de controlar hasta el vuelo de las moscas en su "patio trasero".

No se ha visto una pretensión semejante desde el dominó de golpes y dictaduras que reinaron en los años 1970 y 1980. Trump se propone concretar ese plan en base a la zanahoria de la ayuda a los alineados –Milei en primer lugar– y de los palos del acoso, las sanciones y hasta las amenazas de invasión a los rebeldes –Nicolás Maduro y Gustavo Petro–. El Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva es un bocado demasiado grande que obliga a pensar antes de hincarle los dientes.

Nunca te olvides de la dolarización

Al respecto de los planes de imposición de un orden estadounidense, habría que mencionar una vez más la primera y más incumplida promesa de Milei: la dolarización.

Cada tanto te insisto con eso, aunque la idea parezca muerta y hasta Toto Caputo la califique de inviable.

La última vez que te la mencioné fue el 8 de octubre, a propósito de lo tentadora que podría ser su aplicación en la tercera economía latinoamericana para el interés de Trump de sostener al dólar como moneda hegemónica internacional contra la amenaza del renminbi –yuan–.

Pues bien, el influyente medio británico Financial Times, una de las biblias del capitalismo global, informó que "Estados Unidos empuja una adopción global más amplia del dólar".



TE PUEDE INTERESAR

El Comunicador de Zona Norte



Nuestras Redes Sociales: