Con medio gabinete en los borradores de El Jefe, Karina Milei, para ser parte de las boletas electorales de La Libertad Avanza (LLA) y con Fuerza Patria también revolviendo a fondo la bolsa de nombres, es natural que la previa de los comicios legislativos del 26-O arrastre todas las marcas. Sin embargo, dado que el desenlace de dicho proceso no parece demasiado misterioso, cabe elevar la vista y comenzar a preguntarse qué clase de presidente emergerá de él. ¿Cómo será el próximo Javier Milei?
Más allá del suspenso y el morbo involucrados en la elección bonaerense del 7 del mes que viene, parece más o menos claro que el final de octubre dejaría un mapa político que consolidaría a la extrema derecha gobernante como primera minoría nacional, aunque sin mayoría en ninguna de las dos cámaras del Congreso, lo que la obligaría a pactar con sus colectoras viejas y nuevas reformas de calado y enorme potencial controversial como las tributaria, laboral y previsional. En paralelo a eso, se afirmaría como el sector hegemónico de todo lo que va del centro a la distante pared ubicada a la diestra de la pantalla.
Por su parte, al panperonismo le llegaría, indefectiblemente, el momento de la renovación –de cuadros, pero más importante aun, de ideas–, so pena de correr el riesgo de la irrelevancia. Este proceso sí encierra incertidumbres.
Como sea, ¿qué cabe esperar de un Milei empoderado ma non troppo? ¿Qué hombre encararía, desde la Casa Rosada, el desafío de consolidar un proyecto que no superará del todo sus debilidades congénitas para tratar de hacerse reelegir en 2027?
A pesar del notorio desgaste de los hechizos y de la narrativa que le guionó Santiago Caputo, Milei cuenta con dos ventajas en este ciclo electoral: la desorganización del peronismo y el hecho de que la desinflación sigue siendo un tema dominante en la agenda.
Aunque la suba de 12% que experimentó el dólar el mes pasado comienza a impactar en precios sensibles, en especial de alimentos, el IPC con el que se concurra a votar en un mes y medio será en cualquier caso un alivio respecto de la herencia malhadada del Frente de Todos. ¿Alcanzará con eso?
Los precios de los alimentos se dispararon 2% en la primera semana de agosto. (Fuente: LCG).
Esa es la pregunta crucial. Encuestas recientes muestran que otros temas de la agenda económica comienzan a ganar protagonismo, producto del éxito del Gobierno en apaciguar la inflación. Estos son, desde ya, los vinculados a los ingresos. Si la relativa estabilidad conquistada deja algo en claro es qué se tiene y de qué se carece: con precios menos variables, resulta más nítido si se consigue llegar con mayor facilidad o dificultad a fin de mes. En las cuentas claras radica tanto la amistad como el enojo.
Sin embargo, el cambio de la agenda desde la preocupación por la inflación a la inquietud por las condiciones materiales de vida está en pleno desarrollo y no parece probable que decante plenamente en un mes y medio.
Shila Vilker, analista de opinión pública y directora de la consultora Trespuntozero, brindó ayer una interesante entrevista en Radio con Vos, en la que dejó varias: