Si la necesidad electoralista de atrasar el tipo de cambio para acelerar –artificialmente– la desinflación involucra que el Gobierno no sume demanda al mercado cambiario, el futuro augura un cambio de conducta. Milei y Caputo se abrazan para resistir lo que deba venir.
El 26 de octubre parece la fecha clave no sólo en el calendario de las elecciones legislativas, sino también en el económico.
De acuerdo con la consultora LCG, "en julio, además de la peor estacionalidad en la balanza de bienes y turismo, se deberán pagar 4.400 millones de dólares al FMI, de los cuales 1.500 millones son intereses. Esto anticipa un déficit de cuenta corriente alto para este mes".
"El déficit de cuenta corriente, que no está siendo mayor por un superávit fiscal que colabora en un mayor ahorro nacional, acumula 12.271 millones de dólares en (los últimos) 12 meses. Este déficit, atemperado también por el resultado del agro y energético, fue financiado inicialmente con el blanqueo y hoy por diversas fuentes de deuda", añade. Sin embargo, "desde julio, cuando se termine la estacionalidad exportadora favorable, será difícil encontrar fuentes de financiamiento permanentes y de magnitud si persisten dudas sobre el nivel cambiario actual. Por eso, consideramos que no habrá mucho margen para que el déficit de cuenta corriente vuelva a niveles elevados en los próximos meses", remató.