El futuro político de Cristian Ritondo está atado al delgado hilo que todavía une a Javier Milei y Mauricio Macri. El diputado mantiene un equilibrio casi imposible para respaldar a uno sin enfurecer al otro: quiere un acuerdo electoral en la provincia de Buenos Aires para ganarle al kirchnerismo, sin romper con el fundador del PRO, tal y como lo exige la Casa Rosada, mientras se mete en la campaña porteña, donde se libra una batalla a cielo abierto entre libertarios y macristas.
l histórico dirigente PRO, experto en el barro de la rosca política, ya había padecido tambaleos similares en 2023, cuando quería convertirse en candidato a gobernador de Juntos por el Cambio - propuesto por una parte relevante de la política amarilla -, pero no conseguía una boleta nacional fuerte que lo traccionara, ya que mantenía su lealtad a María Eugenia Vidal, que titubeó hasta último momento con presentarse como candidata.
Incluso, Patricia Bullrich lo quería debajo de su precandidatura presidencial. Sin embargo, apurada por los tiempos, la ahora ministra mileísta se decantó por Néstor Grindetti y Ritondo, amigo personal del por entonces jefe comunal de Lanús, decidió respaldarlo. El resto es también historia conocida, pero parece repetirse ahora con Macri, de quien depende para llegar a un acuerdo electoral con los libertarios.
La forma de caminar de Ritondo dentro de Casa Rosada es distinta según el despacho al que se dirija. Es que, si bien el jefe de PRO bonaerense es uno de los hombres más valorados entre la tropa libertaria, por el respaldo que le dio al oficialismo en la cámara baja, como por la influencia política que tiene en la provincia, no todos los funcionarios lo reciben de la misma forma.