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Después de los discursos de Javier Milei y de Donald Trump, en los que ambos se tiraron flores, llegó el encuentro bilateral entre ambos presidentes en el marco de la CPAC, la conferencia conservadora que se realizó este sábado en Washington.
El libertario no sólo se llevó varias fotos que alimentan un portfolio de sus contactos con el republicano, sino que se trae de esta nueva gira por los Estados Unidos la promesa de regresar para conocer la Casa Blanca. Fue la cuenta oficial de la sede norteamericana de gobierno la que confirmó que Trump invitó a su par argentino a visitarlo "en los próximos meses".
Milei viajó por esta foto, que en algún momento fue puesta en duda porque hasta este sábado la bilateral nunca fue confirmada. Necesitaba el gesto de Trump por partida doble: por un lado, para presionar al FMI para cerrar un nuevo acuerdo (tanto el Presidente como el ministro de Economía, Toto Caputo, estuvieron el día anterior con Kristalina Georgieva); y por el otro, obtener un respaldo público del republicano en medio del Libragate, un escándalo que estará en manos de la justicia norteamericana.Sin haber conseguido aún la foto con Donald Trump en su nueva gira por los Estados Unidos, Javier Milei habló durante media hora este sábado en la CPAC, la conferencia conservadora en la que ya se presentó en varias oportunidades, y brindó un discurso de alineamiento total con el republicano.
"Dicen que Trump y yo somos un peligro para la democracia, pero en realidad están diciendo que somos un peligro para ellos. Somos un peligro para el partido del Estado, para quienes viven de su expansión ilimitada", dijo Milei. Cuando mencionó al presidente norteamericano, el libertario consiguió el primer aplauso del público. Lo citó para cuestionar lo que denominó “la gran secta del colectivismo mundial”.
En el resto de su monólogo, Milei desplegó el mantra libertario anti-Estado. "El único camino racional es achicar el Estado hasta su mínima expresión posible. Reducir el tamaño del Estado es en sí mismo un acto de Justicia, porque cada erogación del Estado es una extracción del pagador de impuestos. El único Estado aceptable es el Estado más chico posible, para devolverle al ciudadano lo que es suyo”, dijo.
"La tarea que tenemos por delante no es para políticos tradicionales que han vivido toda su vida del sistema. Es para gente que no le debe nada a nadie, que no está comprometida por los vicios del sistema y que cree que es más importante el cambio que el poder por el poder mismo”, afirmó.