No muchos minutos después de las 19.01 del viernes, justo cuando el presidente Javier Milei pulsó el botón de “publicar” en la pantalla de su teléfono y expuso ante el mundo su apoyo a una nueva criptomoneda de nombre $LIBRA -igual que el signo que el zodíaco le asigna por haber nacido el 22 de octubre- los cimientos de la hasta ahora sólida estructura del gobierno nacional temblaron.
Las cenas de San Valentín se interrumpieron y la atención de parte de la opinión pública, especialmente la de las galaxias de la política, la economía financiera y los medios, apuntaron su atención ya no al momento romántico del viernes sino a la agitación que se daba en la red social X, donde Milei crió a su séquito de seguidores (más de 3 millones de usuarios) y donde había lanzado su recomendación. Es que a partir del posteo de Milei, $LIBRA pasó, en cuestión de minutos, de valer cero a multiplicar su precio exponencialmente y, en cuestión de horas, sus principales inversores -menos de diez personas- retiraron el dinero -unos 90 millones de dólares- y la inversión se derrumbó cuando había alcanzado, según algunos expertos, un valor de 4.000 millones de dólares. Según algunos analistas, esa maniobra podría tratarse de un mecanismo de estafa conocido como “rug pull” o, traducido, “tirar de la alfombra”, un fraude bastante frecuente en este universo de economía virtual, que se da cuando los creadores de la criptomoneda abandonan repentinamente el proyecto y se llevan todos los fondos invertidos por los usuarios.